Sequía genera inseguridad energética

Riesgo de apagón y de falta de agua revelan efectos de la crisis ambiental y de la crisis de planeamiento

Nadie piensa en inflación. Lo que está en la cabeza de los brasileños, a cada mañana es: ¿Dónde están las lluvias? En São Paulo, el resultado de la reducción dramática de los niveles del agua del reservatorio Cantareira, así como en los otros reservatorios, es que el abastecimiento de la Región Metropolitana se encuentra en el centro de las atenciones, obligando a la población con finalmente enfrentar la necesidad de economía de agua como una necesidad continua de todos. En nivel nacional, el fenómeno de la falta de lluvias impacta directamente la capacidad de generación de energía y, en último análisis, trae al País el riesgo de apagón, como lo que ocurrió en 2001 en gran escala, y como suele suceder puntualmente en algunas regiones y ciudades.

La proyección del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) para el aumento de lluvias en noviembre sugiere que el nivel en el subsistema Sureste/Centro-Oeste, lo más importante del País, se mantiene en niveles más bajos que aquel registrado en 2001, el año del racionamiento. Los datos indican que en octubre de aquel año, en medio  a la restricción de la oferta de energía, los reservatorios  llegaran al fin del mes con el 21,3% de la capacidad, según estudio de Comec Energía. Los reservatorios de la región Sureste/Centro-Oeste corresponden al 70% de la capacidad de almacenamiento del País.

La segunda región más importante es la Noreste, con aproximadamente el 12% de la capacidad. Según previsión oficial del ONS, el nivel de las represas de hidroeléctricas de la región Sureste llega al 15,5% en fines de noviembre. Y las lluvias en el Sureste deben alcanzar el 74% del promedio histórico en diciembre. Aun según el Programa Mensual de Operación (PMO), el consumo de carga de energía en Brasil deberá aumentar un 2,6% en noviembre, en relación al año anterior.

Para el Noreste, la expectativa del ONS es que los reservatorios de hidroeléctricas de la región alcancen un nivel del 11,4% en fines de diciembre y que las lluvias se mantengan a un 36% del promedio histórico para el periodo. Actualmente, el nivel de las hidroeléctricas en el Noreste está en un 15,88% y en Sureste a un 18,85%. En el Sureste, el nivel es peor que el registrado en fines de octubre de 2000, año del pre-racionamiento. Por eso, expertos del sector tienen alertado que hay un gran riesgo de racionamiento en 2015 se no llover algo como los promedios históricos durante el periodo húmedo.

Consumo sostenible

La cuestión impone un enfrentamiento de la situación y la adopción de soluciones en conjunto, con el objetivo de aumentar la capacidad de reservación del País, principalmente en momentos críticos. Desde 2001 se constituyó un sistema de producción de energía con base en las térmicas, para suministrar energía al País en casos de emergencia, pero que en el largo plazo sobrecargan las cuentas públicas por su alto costo, además de ser fuentes contaminantes.

En los últimos años, la opción fue por la construcción de hidroeléctricas, como ocurre en Jirau, Santo Antonio y principalmente Belo Monte, sin grandes reservatorios como una de las salidas para reducir el impacto ambiental causado por la inundación de grandes áreas. Pero lo que deberá ser discutido desde aquí hacia adelante es el otro lado de la moneda: o sea, la situación de riesgo de generación de energía delante de la reducción de los volúmenes de sus reservatorios, como ya mencionó la presidenta Dilma algunas veces.

Brasil tiene la más grande reserva de agua dulce del planeta, equivalente al 12% del total mundial, lo que hace con que el agua existente en ríos y lagos del País una de sus mayores riquezas. Lo que hasta el momento fue aprovechado representa alrededor de 1/3 del potencial hidroeléctrico brasileño, estimado en 246 GW, estando los 2/3 restantes en su mayor parte ubicados en la Región Amazónica, en la cual también se encuentra parcela preponderante de las áreas protegidas de Brasil.

El Comitê Brasileiro de Barragens (Comité Brasileño de Embalses – CBDB), en documento producido el año pasado, ya llamaba la atención para la reducción de los niveles de los reservatorios y sus efectos para la seguridad de energía del País. Entre otras cuestiones relacionadas por el comité, está la cuestión ambiental y las exigencias ambientales legales, efectuadas en las dos últimas décadas y, por esa razón, hubo una gradual reducción de las áreas de los nuevos reservatorios artificiales, “lo que reduce expresivamente el volumen de almacenamiento de agua para dichos usos múltiples”.

Según la entidad, la reducción del tamaño de los reservatorios artificiales tiene entre sus principales consecuencias el sub-aprovechamiento de la capacidad de producción de energía eléctrica del país, forzando el uso cada vez mayor del parque generador térmico complementar para compensar la escasez de oferta de energía eléctrica durante los periodos de sequía, lo que aumenta los costos y causa impactos ambientales de difícil mitigación y que también contribuyen considerablemente para los preocupantes efectos de cambios climáticos que afligen el planeta.

La entidad alertaba también que, si fueran mantenidas las mencionadas restricciones legales, dicha situación de déficit hidroeléctrico presenta una tendencia de agravarse, considerando que hasta 2050 uno estima que Brasil experimente un crecimiento poblacional y también crecimiento de ingresos de las familias, lo que ocasionará un aumento del consumo de electricidad per capita, provocando con eso una significativa presión en la demanda global por energía eléctrica en el País.

Según la entidad, siendo la matriz eléctrica brasileña de base hidráulica complementada por unidades térmicas, en la hipótesis de que ocurra un déficit hidroeléctrico, el uso del parque generador térmico deberá ser inapelablemente incrementado, pues las otras fuentes sostenibles conocidas, como la eólica y la fotovoltaica, son consideradas complementares al sistema interconectado.

El documento subraya que serán muy serias las consecuencias para el medio ambiente si el parque generador térmico asumir paulatinamente mayor protagonismo en la oferta de energía eléctrica en el País, en detrimento de las hidroeléctricas, cuando uno sabe que los impactos ambientales causados por ellas son comprobadamente reversibles o mitigables a niveles tolerables, además del hecho que la mayor parte de las usinas construidas resultó en mejoramiento de condiciones para las poblaciones existentes en sus alrededores. El comité recomienda, a partir de dichas constataciones, unas cuantas salidas que, en conjunto, pueden apuntar hacia un camino a medio y largo plazos.

La primera recomendación es que sean re-evaluados los inventarios hidroeléctricos ya elaborados, en lo que se refiere a la importancia de los reservatorios de regularización de caudales, visando a la seguridad en cumplir con las necesidades del desarrollo nacional.

La segunda recomendación es que sea organizado por los Poderes Constituidos de Brasil un amplio debate nacional a respecto de la gestión de los recursos hídricos del País, involucrando a todos los interesados, ya sea en la esfera pública cuanto de la sociedad civil, para evitar un inminente sub-aprovechamiento de las potencialidades hídricas nacionales, principalmente en lo que se refiere a la generación de energía eléctrica.

Y la tercera recomendación es que, con base en los resultados logrados en las discusiones, uno debe proceder a la adecuación de la legislación pertinente, para hacer con que sean efectivas las alteraciones que fueran necesarias. Y, por fin, que las alteraciones que serán hechas en la legislación contemplen también la necesidad de que los estudios ambientales sean iniciados juntamente con el planeamiento integrado de los aprovechamientos hidroeléctricos que serán realizados.