Saneamiento básico: Hay dinero y tecnología, pero faltan proyectos y voluntad política

En 2013, las molestias provocadas por la falta de saneamiento han generado gastos al sistema nacional de salud de R$ 121 millones, valor que si aplicado en la universalización del saneamiento resultaría en un ahorro anual de R$ 27,3 millones

Pesquisa reciente realizada por la ONG Instituto Trata Brasil, divulgada en marzo de este año, posiciona Brasil, sétima economía del mundo, en la 112 posición en el ranking internacional de saneamiento  básico. Con base en el Índice de Desarrollo del Saneamiento, calculado por el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (IDH), el País llegó al nivel 0,581, lo que lo posiciona debajo de naciones ricas de América del Norte y  Europa, pero también de algunas naciones de Latinoamérica, como Ecuador, cuyo desempeño económico es inferior al brasileño, y hasta de países árabes como Omán, y naciones africadas, como el Egipto.

La peor situación es encontrada en la Región Norte de Brasil, donde 14,4 millones de residencias no cuentan con servicio de recolección y tratamiento de aguas residuales. El Nordeste tiene 13,5 millones de habitaciones sin dicho servicio, siendo que más de seis millones también no tienen agua tratada. Bahía es el estado con más residencias sin recolección de aguas residuales en la región, con 3,3 millones de unidades carentes del servicio. Ceará está en la segunda posición, con 1,9 millón. El mejor registro de cubertura viene de la Región Sur, que tiene 6,4 millones de residencias sin dicha recolección, seguida por la Región Sudeste, con 8,2 millones de residencias sin recolección o tratamiento de aguas residuales.

Resultado de varias décadas de inversiones postergadas en infraestructura de saneamiento, Brasil acumuló un déficit histórico en el sector. Se calcula que más de 36 millones de personas todavía no tienen acceso a agua potable, menos de la mitad delos brasileños tienen acceso a colección de aguas residuales y solamente en 38% de las alcantarillas del País son tratadas. Eso generó, en 2011, alrededor de 400 mil internaciones por diarrea por todo Brasil, según estudio realizado por el Instituto Trata Brasil en 2013. Del total de casos registrados, el 53% involucraban niños de 0 a 5 años.

Datos de la Associação Brasileira das Concessionárias Privadas de Serviços Públicos de Água e Esgoto (Abcon) revelan que a cada día, mueren en Brasil siete niños, víctimas de molestias provocadas por la falta de saneamiento básico.

En 2013, según el Ministério da Saúde (DataSus), fueron notificadas más de 340 mil internaciones por infecciones gastrointestinales en todo Brasil. Alrededor de 173 mil fueron clasificadas por los médicos como “diarrea y gastroenteritis de origen infecciosa presumible”. Nada menos que 170,7 mil internaciones involucraban niños y jóvenes de hasta 14 años de edad.

La situación precariedad del saneamiento también se refleja en la longevidad de la población. La esperanza de vida en Brasil, de 73,3 años en 2011, es menor que el promedio de Latinoamérica (74,4 años). En relación a los países más cercanos, Brasil fue posicionado detrás de Argentina (con 75,8 años) o de Chile (79,3 años).

El costo del déficit

El costo de una internación por infección gastrointestinal en el Sistema Único de Saúde (SUS), en 2013, fue alrededor de R$ 355,71 por paciente en el promedio nacional. Eso resultó en gastos públicos e R$ 121 millones en el año. La universalización del saneamiento resultaría en un ahorro anual de R$ 27,3 millones, distribuidos el 52,3% en el Nordeste y el 27,2% en el Norte; el restante de la reducción ocurriría  en las regiones Sudeste, Sur y Centro-Oeste del país.

En el mismo año, 2.135 han muerto en los  hospitales, debido a infecciones gastrointestinales. Se calcula he dicho número podría caer a 1.806 casos, en una reducción de 329 muertes (15,5%) si hubiera acceso universal al saneamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada dólar invertido en saneamiento genera una economía de cuatro dólares en tratamiento de molestias de origen hídrica.

Para Abcon no faltan recursos para inversiones, pero, ese sí, voluntad política y definición de proyectos eficientes al corto mediano y largo plazos. En 2007, tras 20 años de debates en el Congreso Nacional, fue sancionada la Ley número 11.445, con nuevas directrices  nacionales y definió el planeamiento de los servicios como instrumento fundamental para que se pueda lograr el acceso universal a servicios de saneamiento básico. A partir de dicha Ley, todos los municipios deben formular sus políticas públicas visando la universalización, siendo el Plan Municipal de Saneamiento Básico  (PMSB) el instrumento de definición de estrategias y directrices.

Según la Ley, son componentes del saneamiento  básico: el abastecimiento de agua, alcantarillado, limpieza urbana y manejo de residuos sólidos y drenaje y manejo de aguas  pluviales urbana, los  cuales deben ser objeto del PMSB.

Sin embargo, por falta de equipos técnicos, capacitados para elaborar los proyectos en los municipios, el Decreto número. 7.217/2010, que reglamentó la Ley 11.445/2007, postergó el plazo de entrega de los PMSBs de 2010 para diciembre de 2013, al establecer que a partir del ejercicio financiero de 2014 la existencia del plan sería condición para el acceso a recursos presupuestales de la Unión (§2º, art. 26). Sin embargo, dicho plazo fue nuevamente postergado para el ejercicio financiero de 2016 (Decreto Federal n. 8.211 de 21/03/14), pasando a valer la fecha final de entrega de los planes para 31 de diciembre de 2015. El Decreto vinculó también el acceso a recursos de la Unión a la existencia de organismos de control social hasta diciembre de 2014.

Para Édison Carlos, presidente ejecutivo del Instituto Traba Brasil, la nueva extensión, no creó cualquier incentivo para aquellos municipios que se han empeñado con cumplir el plazo anterior. Tampoco estableció puniciones a los que nada hicieron, tras seis años de vigor de la Ley. “Los planes que no fueron entregados perjudican todavía más la agilidad y el planeamiento del saneamiento básico en las ciudades, que necesitar vincular los avances a las reglas de ocupación del suelo, expansión inmobiliaria y la protección de las áreas preservadas”, afirma.

Aun según el presidente de la ONG, un país como Brasil, con aspiraciones de destacarse en las grandes discusiones internacionales, no puede mantenerse entre los más retrasados en lo que hay de más básico – el saneamiento. “A pasar de ser el país anfitrión de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, todavía no  hemos logrado garantizar agua tratada, recolección y tratamiento de aguas residuales, a todos ciudadanos”, afirma el presidente ejecutivo del Instituto Trata Brasil.