Juego trabado en los puertos

El sector todavía vive un impasse que impide su modernización, y las mejoras dependen de acciones de emergencia del Gobierno

Sin haber conseguido poner en marcha las inversiones privadas en el ámbito de los puertos, el Gobierno federal prevé acciones integradas entre los Ministerios de Agricultura, y Puertos y Transportes para enfrentar el reto de exportar parte de las 202 millones de toneladas de granos previstas para la zafra 2014/2015. Se estima que solo el complejo sea responsable del embarque de 64,2 millones de toneladas de grano y de salvado este año. Incluso con el retroceso de las cotizaciones de las commodities, el gobierno espera elevar un 6,2 % las exportaciones nacionales de granos este año. Ello porque la devaluación de 18 % del precio de la soya está compensada parcialmente  por la alza en la cotización del dólar. La exportación de estos productos pasa obligatoriamente por el transporte portuario, sector que todavía demanda un ciclo de modernización, propuesto por la nueva Ley de los Puertos, sancionada en junio de 2013, pero que efectivamente todavía no salió del papel.

La ministra de Agricultura Kátia Abreu y los ministros de los Puertos, Edinho Araújo, y de los Transportes, Antônio Carlos Rodrigues, anunciaron medidas destinadas precisamente  a evitar que la distribución de la nueva zafra de este año se vea marcada por filas de camiones en los puertos de Santos (SP) y Paranaguá (PR), imagen que se repite hace algunos años en los puertos brasileños. Aun no siendo la opción más económica, las dos instalaciones todavía son las más utilizadas para la exportación de granos en el país.

Para estos dos terminales, el Gobierno promete perfeccionar el sistema de programación de citas, el cual, el año pasado, ayudó a reducir el costo del flete un 7 %, según los cálculos oficiales. El sistema, que era manual, pasará a ser electrónico. El Gobierno también promete acreditar otro patio más para que los camiones aguarden la autorización hasta ingresar en las terminales. “Esa iniciativa, lanzada el año pasado, ha producido resultados positivos”, dijo Edinho Araújo. La ministra Kátia Abreu estimó un ahorro de 70 % en la tasa paga a las embarcaciones por la demora para cargar.

En los puertos del norte, el problema es el acceso a las terminales. Una de las principales vías, la BR-163, todavía no está totalmente asfaltada hasta el puerto fluvial de Miritituba (PA). El asfaltado de esta carretera se arrastra hace 40 años, como lo reconoció el secretario ejecutivo de los Transportes, Anivaldo Vale. Las obras de pavimentación ya han sido contratadas, pero se estima que solo estarán concluidas a finales de  2016. Por ahora, el Gobierno aplicará medidas paliativas, como el ripiado de las vías y la oferta de tractores para desencallar camiones.

El Gobierno también debe ampliar las áreas disponibles en el puerto de Vila do Conde (PA), cerca de Belén, para construir nuevas terminales privadas. Está en la Casa Civil de la Presidencia un acta de decreto presidencial que modifica la demarcación del área (llamada “poligonal”), de forma que se puedan implantar otras tres o cuatro terminales privadas en el área. Entre otras acciones anunciadas por los ministros se encuentra la utilización de 426 embarcaciones en las hidrovías Madeira y Tapajós. Las barcazas componen el sistema de transporte del llamado Arco Norte, corredor logístico que el Gobierno intenta promover en la región para reducir la presión sobre los puertos de Santos y Paranaguá. Sin embargo, ninguna de estas medidas constituye una modernización real de la actividad portuaria, con perjuicios pesados en costos para Brasil.