La concesión del aeropuerto de São Gonçalo do Amarante «despega» y las obras de la estructura operativa entran en la recta final
Paulo Espírito Santo*
(*) Grandes Construções visita las obras del aeropuerto de São Gonçalo do Amarante, por invitación de Case
El éxito del proceso de adjudicación de la concesión del Aeropuerto Internacional de São Gonçalo do Amarante —sin precedentes en su tipo en Brasil—, situado en la región metropolitana de Natal (Rio Grande do Norte), dio un nuevo impulso al proyecto del gobierno federal para resolver, con la inversión de capitales privados, el cuello de botella impuesto por la falta de infraestructura en los aeropuertos del país. La concesión se adjudicó el 22 de agosto al Consorcio Inframérica, formado por el grupo Engevix y el grupo argentino Corporación América, que presentó una oferta de 170 millones de reales, cifra que representa una prima del 228,82 % en relación al valor mínimo establecido por la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC).
El consorcio ganó en una subasta muy reñida el derecho de construir, mantener y operar el aeropuerto durante un período de 25 años, renovable por un máximo de cinco años, tras el cual el aeropuerto volverá al Estado. La concesión incluye desde el cobro de tasas de torre de control, embarque, aterrizaje y permanencia, hasta el arrendamiento de hangares, espacio de taller de aeronaves, estacionamiento y comercios.
Además de este período de concesión, el consorcio privado tiene un plazo de tres años para construir terminales de pasajeros, centros de operaciones, edificios de apoyo y otra infraestructura del aeropuerto. Las obras de las pistas de aterrizaje y de maniobras y toda la zona de apoyo para el aterrizaje y despegue de aviones ya están en ejecución, en sus etapas finales, a cargo del 1.er Batallón de Ingeniería de Construcción del Ejército, con sede en Caicó, Rio Grande do Norte, con fondos del gobierno federal. Se han invertido en la obra aproximadamente 150 millones de reales y durante este semestre se invertirán otros 85 millones.
En total, cuatro consorcios participaron en la subasta, que tuvo lugar en BM&FBovespa, la bolsa de valores de São Paulo. El éxito fue aún más significativo si se considera que, en un intento anterior, la subasta se canceló debido a la falta de ofertantes.
La construcción y operación de São Gonçalo do Amarante demandará una inversión estimada en 650 millones de reales. Según la ANAC, el consorcio adjudicatario tiene un plazo de tres años desde la firma del contrato, que se celebrará en noviembre próximo, para terminar las obras. ANAC espera que el consorcio adjudicatario pueda acelerar los trabajos para entregarlos a tiempo para el Mundial de Fútbol 2014, puesto que Natal es una de las subsedes.
Se calcula que el aeropuerto tendrá un movimiento de 3 millones de pasajeros en 2014; 4,7 millones en 2020 y 7,9 millones en 2030.
Corporación América administra 46 aeropuertos en todo el mundo, incluidos los aeropuertos adjudicados en concesión al sector privado en Argentina.
El propósito principal del aeropuerto de São Gonçalo do Amarante es convertirse en un hub de carga y pasajeros en América Latina. Se construirá la terminal de carga más grande del continente y la séptima del mundo. El plan es que la pista de estacionamiento tenga capacidad para más de 150 aviones de gran tamaño, con capacidad para un movimiento anual de alrededor de 40 millones de pasajeros.
Entre las ventajas logísticas del nuevo aeropuerto se encuentra su ubicación. La distancia de Rio Grande do Norte a Europa y Asia puede representar un ahorro de combustible de hasta un 30 %, en comparación con el aeropuerto de Guarulhos, por ejemplo, lo que representa una gran ventaja cuando se trata de navegación aérea a larga distancia, y elimina la necesidad de escalas para repostar.
El aeropuerto fue diseñado para recibir aviones de gran tamaño, tales como el Boeing 747-400 y los de las líneas DC-10 y MD-11, así como el Airbus A380, uno de los mayores aviones en funcionamiento, con capacidad para transportar hasta 845 pasajeros.
Primero de una serie
El Aeropuerto Internacional de São Gonçalo do Amarante es el primero de una serie de aeropuertos, según los planes del gobierno, a adjudicar en concesión al sector privado, siguiendo el modelo actual de concesión, con objeto de preparar la estructura aeroportuaria para el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016, que se celebrarán en Brasil.
Tras al éxito del proceso de concesión del aeropuerto de São Gonçalo do Amarante, el gobierno federal espera adjudicar otros tres aeropuertos: Cumbica en Guarulhos, Viracopos en Campinas (ambos en el estado de São Paulo) y el de Brasilia. Todavía no se ha revelado el precio mínimo ni el plazo de concesión, que debe variar entre 25 y 30 años. Pero, según dijo el Ministro Jefe de la Secretaría de Aviación Civil, Wagner Bittencourt, en una rueda de prensa celebrada el 30 de septiembre, la expectativa es que esta información se haga pública la segunda semana de octubre.
Siguiendo este esquema, el pliego de condiciones debe ser publicado en noviembre y, desde ese momento, el plazo de la subasta será de 45 días. Gana el mejor postor. «Los ganadores de las subastas tendrán obligaciones de inversión, si la demanda sigue creciendo, sin aumentar las tarifas a los usuarios», dijo Bittencourt. Los aumentos de las tarifas, según el ministro, estarán estipulados en el contrato, con índices y períodos definidos. Por estos tres aeropuertos transita el 30 % de los pasajeros, el 57 % de la carga y el 19 % de los aviones de todo el país. El texto del pliego de condiciones se someterá a consulta pública durante 30 días, para permitir que se planteen dudas y se hagan sugerencias. Después de la consulta pública, se lo someterá al Tribunal de Cuentas de La Unión (TCU). Los ingresos por la subasta de la concesión de los tres aeropuertos se destinarán al Fondo Nacional de Aviación Civil.
Cada interesado podrá participar en el proceso de concesión de los tres aeropuertos, pero solo podrá adjudicarse uno de ellos, de modo que cada terminal tendrá un dueño diferente. Según la ANAC, esta regla tiene por objeto estimular la competencia entre los aeropuertos.
Obras en la recta final
Mientras hay cada vez más expectativas con respecto a las próximas concesiones, las obras de la pista e infraestructura operativa del nuevo aeropuerto de Río Grande do Norte entran en la recta final. De acuerdo con el capitán ingeniero André Toledo, del 1.er Batallón de Ingeniería de Construcción del Ejército, que supervisa la obra, los trabajos en curso incluyen la construcción del sistema de pistas de aterrizaje y estacionamiento del aeropuerto en la que ya se han invertido 155,7 millones de reales; ya se ha terminado gran parte de la infraestructura para recibir los edificios de apoyo y la terminal de pasajeros, que serán construidos por el consorcio adjudicatario. Dice que las obras están estrictamente dentro del plazo previsto y, de acuerdo con el cronograma, se entregarán a fines de 2013 al consorcio que ganó la licitación para construir la terminal de pasajeros.
Ya se ha ejecutado más del 85 % del movimiento de tierras. Por otra parte, las pistas de rodaje y de estacionamiento de aviones están listas y ya se ha construido más del 75 % del pavimento flexible, un 25 % del pavimento rígido, un 40 % del sistema de drenaje y un 20 % de la protección vegetal. La construcción de la pista de aterrizaje y despegue, de 3 km de largo, que requirió un trabajo especial compactación, se encuentra en la etapa final de terminación.
Pero no todo corre sobre ruedas. Los técnicos que integran el equipo del 1.er Batallón de Ingeniería de Construcción del Ejército, observan que, en paralelo a las obras del aeropuerto, deberían avanzar las intervenciones destinadas a urbanizar el área que rodea la terminal, así como las obras del sistema vial de acceso al complejo aeroportuario. Estas obras, sin embargo, consideradas como una contraparte del gobierno del estado al proyecto, no han avanzado un centímetro siquiera, como un resultado de la desarticulación política entre el gobierno federal (PT) y la administración del estado (DEM). No se hizo nada. El acceso a la obra se realiza por un sendero abierto en la maleza, sin pavimentar, que se anega totalmente cuando llueve.
La gobernadora de Rio Grande do Norte, Rosalba Ciarlini, afirma que logró ampliar los recursos del Gobierno Federal para la construcción del acceso al aeropuerto de São Gonçalo do Amarante y del enlace con la carreteras federales BR-406, BR-101 y BR -304.
El capitán André Toledo explica que para la construcción del aeropuerto en una superficie de 15 km2, no hizo falta ninguna desapropiación, ya que el terreno pertenecía a una antigua hacienda.
Trabajo día y noche
Según el subteniente Messias Januário Jr., del 1.er Batallón de Ingeniería de Construcción del Ejército, que ejerce de «gerente de contrato» de las obras del aeropuerto de São Gonçalo do Amarante, la tarea está llegando al final y falta poco para comenzar la desmovilización del obrador. Sin embargo, asegura que el ritmo de trabajo no ha disminuido. Algunas máquinas se someten a jornadas intensivas de trabajo de hasta 24 horas seguidas.
Según su opinión, es una suerte poder contar con una flota nueva, moderna, que no deja varados a los operadores. «El Ejército posee, en este momento, uno de los parques más grandes y modernos del país», dice con orgullo. Destaca las nuevas excavadoras CX 220 y los rodillos compactadores, recientemente adquiridos a Case, que se incorporaron a la flota para acelerar el ritmo de trabajo. «Son máquinas potentes, de gran productividad, fácil manejo y mantenimiento rápido y barato.» Mesías señala que a pesar de los «conocimientos, la experiencia y la flota de primera, el 1.er Batallón de Ingeniería de Construcción del Ejército no es una empresa constructora. Estamos aquí en una misión de entrenamiento. El papel del cuerpo de ingeniería del Ejército es ejecutar obras estratégicas, en tiempos de guerra. Lo que buscamos aquí es capacitar a nuestra mano de obra para esos casos. Construir pistas de aterrizaje o carreteras no es nuestra actividad principal. Pero somos buenos en lo que hacemos», garantiza.
Observa que esto acaba constituyendo una dificultad en la ejecución de la obra: «Todos estos jóvenes que están aquí operando las máquinas, son trabajadores temporales. Se incorporaron al ejército por obligación, son capacitados y calificados para operar las máquinas, adquieren los conocimientos y, al término del período de servicio militar, se van llevando el conocimiento. El ejército no mantiene un contingente de mano de obra especializada. Por el contrario, estamos en constante formación de aprendices, convirtiéndolos en profesionales de la más alta calidad. Un detalle: todas las empresas constructoras de la Región Noreste están con la mira puesta en estos jóvenes. En cuanto tengan baja seguramente van a ser contratados. ¡Qué se le va a hacer!
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