Un salto hacia el futuro

Nueva fábrica de Jeep abre portal de desarrollo para la zona de la mata pernambucana

Por Mariuza Rodrigues

Inaugurada en abril, la moderna fábrica de Jeep, en Goiana, en la zona de la mata pernambucana, es un trozo de futuro en pleno sertão nordestino. La fábrica, resultado de la unión Fiat-Chrysler, fue concebida, entre otros objetivos, como una especie de fábrica-shopping, una unidad de producción transparente, visible a través de grandes paneles de vidrio, con 27° de temperatura en el área interna y un layout administrativo que nos puede dar la impresión de que estamos en una empresa moderna de la familia de la información, como Facebook o Google. La unidad de Goiana es la más moderna del grupo, con capacidad de producción para el mercado latinoamericano de 250 000 vehículos al año, y concluyó una inversión directa total de R$ 7 mil millones.

Pernambuco, así como la Región Nordeste, viene destacándose hace una década en el escenario nacional, con un crecimiento sustancioso estimulado por el boom de inversiones públicas, que, a su vez, atrajeron inversiones privadas. El estado cosecha los frutos de la consolidación del Porto de Suape como ruta portuaria al exterior, además de la construcción del a refinería Abreu e Lima, que impulsó el área de ingeniería y construcción en la región. Todo ello puede estar nublado por el escándalo del Lava Jato/Petrolão, que acabó paralizando parcialmente las obras de la refinería. Pero es necesario mirar hacia un horizonte más lejano y confirmar la repercusión que ya tuvo y que todavía tendrá en la economía de este estado.

La economista Tânia Bacelar, de la Consultoría Económica y Planificación (Ceplan), afirma que la llegada del centro automotor y las inversiones subsiguientes tendrán un impacto enorme en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no solamente de Goiana, sino también de Pernambuco, como un todo.

El Sistema Fecomércio divulgó un estudio inédito sobre las perspectivas para Goiana y para otros 13 municipios situados en un rayo de 60 kilómetros de la fábrica: se estima que la región recibirá un bloque de inversiones de R$ 17 mil millones y se convertirá en una de las principales impulsoras de la economía pernambucana.

El estudio tiene en cuenta la previsión inicial de demanda de mano de obra de la unidad, de cerca de ocho mil trabajadores. La conclusión del estudio, sin embargo, es que la principal dificultad para que los municipios y sus empresas se beneficien de este boom industrial está en la baja oferta de mano de obra cualificada, en la informalidad de los establecimientos y en las restricciones en acreditar una cadena de proveedores.

Sin hablar del atraso de las inversiones previstas para la mejora de la infraestructura carretera y ferroviaria local, fuente complementaria de la actividad del centro industrial de la zona de la mata pernambucana.

Todos son unánimes en opinar, sin embargo, que la base de todas las deficiencias es sin duda la baja calidad de enseñanza primaria y de formación profesional de la región. Este es el mayor desafío que deben superar los gobiernos, para la iniciativa privada y para las familias de la región.

Fábrica de sueños

La región donde hoy se mueven más de 500 brazos de robots estuvo cubierta, durante casi cinco siglos, por inmensos cañaverales, desafiando a una ley de la lógica que afirmaba que el sertão nordestino era el lugar donde menos probablemente se construiría una fábrica automotriz. La implantación de la fábrica de la Jeep ocurrió apenas en dos años.