Infraestructura y empleos contra la crisis

Artículo de Geraldo Alckmin

Mario Covas, cuando tomó pose en su segundo mandato en el Gobierno del Estado, declaró que “São Paulo se va a lanzar mano de todos los medios a su alcance para buscar el punto de equilibrio entre la indispensable estabilidad económica y la retomada urgente del desarrollo”.

Su discurso reflejaba un proyecto de gobierno direccionado hacia el futuro, hecho a partir de bases sólidas. Un modelo de gestión que ofrece a nuestro Estado las condiciones de ejercer siempre el protagonismo en el crecimiento del país, independiente del escenario económico nacional.

Desde mediados de la década de 1990, el Gobierno del Estado de São Paulo sigue con determinación el camino de la responsabilidad fiscal. Incluso con elevados intereses cobrados por el Gobierno Federal, fue posible en ese periodo ampliar la corrección en los gastos públicos. Ejemplo de eso es la proporción de la deuda relativa a los ingresos corrientes netos.  Hace veinte años era de 2,2. Hoy está en 1,4.

Ese modelo de gestión ganó refuerzo aún más austero en la actualidad, motivado por la queda generalizada en los ingresos gubernamentales en todo el país. En lugar de optar por el aumento de los impuestos, São Paulo promueve un corte significativo en sus gastos.

Una secretaria y cuatro (4) entidades del gobierno fueron extintas. La reducción en las facturas de agua, energía eléctrica, telefonía, en la locomoción y en las diarias de funcionarios presentó una economía de R$ 117 millones. Un avión y un helicóptero fueron vendidos. Los cargos comisionados tuvieron queda de 15%, las horas extras de otros 30% y las expensas rutineras con costos cayeron entre 5% y 10%, dependiendo de la Secretaria. Solo con personal e costos, el corte llegó a R$ 2 billones.

Esas medidas fueron tomadas para que fuera posible preservar las inversiones en el Estado. El foco está en el desarrollo y en la defensa de los empleos. Sin ellos, la recolecta solo se caerá cada vez más y cualesquiera ayustes fiscales serán siempre insuficientes.

Entre las grandes acciones del Gobierno de São Paulo en el área de infraestructura están 100 km de obras en vías férreas, con R$ 48 billones de recursos y frentes de trabajo que, conjuntamente, emplean 12 mil personas.

El Rodoanel Norte, en producción, tendrá 44 km, R$ 6,7 billones de inversiones y será la última parte de esa que es la mayor obra en carretera actualmente en Brasil. En Vale do Paraíba sigue con la duplicación de la Rodovia Tamoios, que tuvo ya el tramo de Planalto inaugurado.

Para el combate a la crisis hídrica están contempladas obras estructurales, como la interconexión de las represas Jaguari y Atibainha y la construcción del nuevo sistema São Lourenço.

En septiembre iniciamos las obras de primera PPP (asociación público-privada) de habitación social del país que abarcará, en total, la construcción de 3.683 bienes raíces en el centro expandido de la capital. Otra PPP para la Región Metropolitana provee más 10 mil habitaciones.

Tres nuevos hospitales estatales son también edificados por medio de PPP: en Sorocaba y en São José dos Campos, cuyas obras empezaron recientemente, y en la Capital.

São Paulo hace aún importantes asociaciones con los gobiernos locales, promoviendo, por ejemplo, a la construcción de jardines de infantes, a la ampliación de Unidades Básicas de Salud, el programa Agua Limpia, para garantizar el saneamiento en ciudades no atendidas por Sabesp.

Son obras por todo el Estado, que llevan desarrollo y empleos tanto en las regiones metropolitanas cuanto en los municipios pequeños del interior. São Paulo continuará a ayudar Brasil a crecer, sin contratiempos, con planeación, trabajo y determinación.